Aunque México es un país que se esfuerza por tener un mayor número de ciclistas cada año, existen varias realidades en materia de ciclismo urbano, tanto para bien como para mal.
Entre las cosas buenas, podemos decir que, poco a poco, las autoridades gubernamentales, estatales y capitalinas se preocupan cada vez más por el ciclista. Esto, ya sea construyendo mayor infraestructura, como ciclovías, o aplicando normas más severas contra quienes invaden las mismas.
En las cosas malas, en no pocas ocasiones, dichas ciclopistas no reciben el mantenimiento adecuado una vez colocadas. Otro dilema sigue siendo el poco respeto del automovilista hacia el ciclista; y también, porque no se puede negar, las faltas viales que el ciclista comete.
En pocas palabras, México, así como otros países, todavía tiene mucho que aprender en materia de cultura vial. Donde tanto peatón como ciclista y automovilista puedan convivir sanamente con lo que conlleva: buena infraestructura, normas equitativas y respeto mutuo.
Cuando esto se logre, aumentará la cantidad de personas que usen la bici y también disminuirá el número de ciclistas atropellados. Al final, la relación indica que, mientras más bicicletas se conduzcan, menos accidentes viales se suscitan.
¿Quieren saber cómo? Acompáñanos en esta rodada. No olvides tus elementos reflejantes para ser visto en todo momento.
Accidentes viales disminuyen a mayor número de ciclistas
Un reporte realizado por el estadista Niall McCarthy para Forbes (basado a su vez en un estudio del OECD), refleja la importancia de que exista un mayor número de ciclistas en las ciudades para disminuir los percances viales.
Este reporte indica que, mientras los ciudadanos tenga un mayor uso de la bicicleta, se disminuyen de forma directa los accidentes automovilísticos, sobre todo, los atropellos fatales.
McCarthy toma de ejemplo a Estados Unidos, mencionando que, allí, un ciclista viaja en aproximadamente 47 km en un año, mientras que el promedio de ciclistas muertos asciende a 44 por cada mil millones de km recorridos.
Caso contrario ocurre en Holanda y Dinamarca. En estos dos países, dos de los más ciclistas y con mejor cultura vial, la gente pedalea, en promedio, 864 y 513 km por año, respectivamente. En contraste, únicamente fallecen entre 10,7 y 14,6 ciclistas por cada mil millones de km.
De esto se deduce que, entre un país tenga más ciclistas, menos de ellos morirán por accidentes viales. O si se lo prefiere ver al revés, entre menos ciclistas existan, más de ellos corren el riesgo de fallecer por un percance contra un automóvil.
Las razones
Para entender las razones, primero hay que comprender dos puntos muy importantes: la cultura vial, junto con la infraestructura ciclista, y el tiempo de aprendizaje social.
Con lo primero, hay que diferenciar que los Países Bajos y Dinamarca han implementado el ciclismo como una forma de vida y transporte desde hace décadas. Esta práctica, por el contrario, apenas va en auge en otros países.
Por ello, es normal que estas grandes potencias inviertan más presupuesto en crear mayores y mejores ciclovías, biciestacionamientos y hasta normas de tránsito.
Esto también explicaría el hecho de que existan países con un alto número de gente que usa la bici, pero también con un alto índice de atropellamientos y muertes.
En esencia, esto se debe a que la cultura vial tampoco está tan desarrollada como en las dos naciones mencionadas. Es decir, aunque exista un aumento espontáneo de ciclistas, los accidentes seguirán ocurriendo durante algún tiempo en países donde ciclistas, automovilistas y peatones, no están acostumbrados a convivir ni a respetar las normas viales.
En pocas palabras, al principio, un aumento de ciclistas derivará en más accidentes en el corto plazo. Pero, a largo plazo, una vez que automovilistas y ciclistas se acostumbren a la presencia (y noten la existencia) del otro, finalmente disminuirán las muertes por atropellos o impactos.